A lo largo de este año, hemos atendido a la continuación y surgimiento de nuevos debates en el ámbito público. La guerra de Ucrania y el conflicto en Palestina han centrado gran parte de la atención internacional. También lo han hecho el seguimiento de políticas públicas de recuperación con la aplicación de fondos europeos NEXT GENERATION y el debate sobre el alcance y la implementación de tecnologías emergentes. Una vez más, se ha hecho evidente la necesidad de instituciones robustas que proporcionen directrices claras y sustentadas en valores democráticos. 2023 ha sido año electoral en España, con comicios a nivel local y en varias autonomías en junio, y elecciones generales en julio, que han establecido un nuevo mapa de gobiernos en diferentes contextos, en el que siguen predominando las coaliciones. Aunque estos días festivos sigan inevitablemente marcados por estos (y otros) acontecimientos, se presentan como una oportunidad ideal para el descanso y la renovación frente a los cambios venideros.
A lo largo de este año hemos atendido a grandes cambios en el terreno público. Los debates en torno a la COVID-19 han evolucionado para orientarse hacia el diseño e implementación de políticas públicas de recuperación. Igualmente, la invasión de Ucrania ha ocupado gran parte de la atención internacional debido a la magnitud de las consecuencias del conflicto con Rusia. En ambos casos, se han confirmado algunas de las lecciones que hemos venido aprendiendo estos últimos años de cambios profundos y veloces: necesitamos unas instituciones robustas que se sostengan sobre una ciudadanía implicada. A pesar de todo, y quizá precisamente por ello, debemos aprovechar estos días de fiestas para (re)encontrar espacios de descanso y disfrute junto a nuestros seres queridos.