El cambio climático y la presión humana están poniendo en grave riesgo el Mar Menor, la laguna salada más grande de Europa y un tesoro ecológico único en la Región de Murcia. Este espacio, esencial para aves marinas y especies acuáticas, ha sido también motor económico gracias al turismo, los baños de lodo y la pesca tradicional. Sin embargo, la contaminación por nitratos y fosfatos procedentes de la agricultura intensiva ha desencadenado graves episodios de eutrofización, reduciendo el oxígeno del agua y afectando a su biodiversidad. Tras la reciente DANA “Alice”, se han detectado comportamientos anómalos entre las especies marinas, reflejo del delicado equilibrio del ecosistema.
Desde 2016, la sociedad civil reclama medidas urgentes. La Iniciativa Legislativa Popular del Mar Menor, con más de 600.000 firmas, logró que la laguna fuera reconocida como sujeto de derechos, un hito en la protección ambiental. Pese a la existencia de la Ley 3/2020 de recuperación y protección del Mar Menor, su aplicación sigue siendo insuficiente, y la laguna carece aún de una gestión coordinada y eficaz que garantice su sostenibilidad a largo plazo.
En este contexto surge el proyecto RemediOS-2: Diseño y evaluación de estrategias para el desarrollo de la acuicultura de restauración de la ostra plana del Mar Menor, que propone el uso de soluciones basadas en la naturaleza para mejorar la salud del ecosistema. Las ostras planas (Ostrea edulis) actúan como aliadas naturales contra la eutrofización: filtran el agua, retienen partículas y nutrientes, y aumentan su transparencia. Además, al formar arrecifes, favorecen la biodiversidad marina, creando hábitats de refugio y cría para otras especies.
El proyecto, liderado por el Centro Oceanográfico de Murcia del IEO-CSIC, forma parte de la Iniciativa de la ostra del Mar Menor y está vinculado a la red europea NORA (Native Oyster Restoration Alliance). Participan también la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), la Consejería de Medio Ambiente de la Región de Murcia y la Fundación Estrella de Levante, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa Pleamar, y cofinanciación del FEMPA (Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura).
Entre sus acciones, RemediOS-2 incluye un análisis de modelos de gobernanza aplicados en proyectos internacionales de restauración con ostras. El objetivo es diseñar un modelo de gestión a medio y largo plazo que facilite la continuidad de esta iniciativa y fortalezca la gobernanza del Mar Menor. Esta tarea está liderada por la Fundación Estrella de Levante, con asesoramiento del Grupo de Transferencia de Buen Gobierno e Integridad Pública de la Universidad de Murcia y la investigadora del grupo IT_GesPub, Irene Liarte.
La restauración de la ostra plana en la gobernanza costera
El equipo investigador ha analizado dos experiencias europeas donde la restauración de la ostra plana ha contribuido no solo a la mejora ecológica, sino también al desarrollo social y económico de las comunidades locales.
El primer caso es el de la Laguna de Thau (Francia), donde la ostricultura es una actividad tradicional y un importante atractivo turístico. Aunque la laguna ha sufrido episodios de eutrofización similares a los del Mar Menor, el cultivo de ostras ha contribuido a mejorar la calidad del agua y a reforzar la identidad local. En este proceso, los productores han sido actores clave en la movilización ciudadana por la sostenibilidad del ecosistema. En 2005 se creó el Syndicat mixte du bassin de Thau (SMBT), una entidad regional que coordina la gestión del territorio, integrando el urbanismo, la gestión del agua y la protección ambiental. El SMBT promueve la participación activa de municipios, ciudadanía y expertos, y cuenta con un observatorio territorial que recopila datos esenciales para la toma de decisiones, la gestión de riesgos y la conservación de la biodiversidad.
El segundo caso de estudio se localiza en los estuarios de Blackwater, Crouch, Roach y Colne (Reino Unido), donde la Essex Native Oyster Restoration Initiative (ENORI) impulsa la recuperación de la ostra nativa mediante una gobernanza colaborativa. Esta alianza reúne a pescadores, científicos, ONG y autoridades locales en torno a un modelo de gestión adaptativa, combinando conservación ambiental y actividad pesquera sostenible. Su labor se apoya en zonas marinas protegidas y áreas de no extracción, respaldadas por permisos y ordenanzas locales, junto a un monitoreo científico continuo y programas de educación y participación ciudadana.
Aunque ambos casos comparten un enfoque de gobernanza colaborativa, existen diferencias notables. El SMBT dispone de autoridad administrativa formal y financiación pública estable, lo que le permite aplicar decisiones vinculantes y garantizar la continuidad de las políticas. En cambio, ENORI opera como una red voluntaria, sin capacidad normativa directa, lo que genera retos de coordinación, dependencia del consenso y financiación inestable. Así, el SMBT representa un modelo institucional consolidado, mientras que ENORI ejemplifica una gobernanza participativa más flexible, pero también más vulnerable.
En comparación, el Mar Menor presenta un déficit de gobernanza integrada y efectiva. Aunque cuenta con marcos legales avanzados y un creciente reconocimiento social y jurídico, la gestión sigue fragmentada entre distintas administraciones y marcada por conflictos de competencias. A diferencia de la Laguna de Thau, no existe una entidad única con autoridad, recursos y legitimidad suficientes para coordinar a todos los actores implicados. El aprendizaje de experiencias como ENORI y SMBT ofrece, por tanto, una oportunidad valiosa para avanzar hacia una gobernanza más coherente, participativa y sostenible que permita recuperar y proteger el Mar Menor a largo plazo.
Irene Liarte, Profesora sustituta, Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, y miembro del Lab IT_GesPub (Innovación, Tecnología y Gestión Pública), Universidad Autónoma de Madrid.
Este proyecto se desarrolla con la colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa Pleamar, y se cofinancia por la Unión Europea por el FEMPA (Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura).
